Por: Dr. Carlos Flores Guillén
México se disputa entre ideas de privatización que están
pintadas con buenas intenciones y buenas intenciones, maquilladas por algunos
medios como actos vandálicos, es aquí donde entonces tendríamos que analizar en
realidad si lo que está sucediendo en el país y las visiones que tenemos
respecto a las reformas lanzadas por Enrique Peña Nieto son tan buenas o tan
malas como nos las dicen.
Pero sin duda esta nota no tiene la finalidad de deshilachar
las propuestas a reformas ni mucho menos tirarle tierra a nadie, mejor dicho
ésta nota tiene como finalidad mostrar una triste realidad.
Yo sé qué a ti y a mí, las marchas y plantones nos afectan, entiendo
también qué los medios hacen su trabajo y no digo con esto que digan la verdad,
tampoco dicen mentiras, es más no creo que realmente estén del lado de nadie,
pero de lo que estoy seguro es que ellos tienen que sostener a muchas familias,
que para hacer llegar un periódico a tu casa, para que escuches un bloque
informativo en el radio o veas un programa de televisión, se necesitan de
muchas manos que son sostén de sus casas, así que no pueden arriesgarse a ir en
contra del gobierno pues podrían perder sus empresas que por lógica, resultaría
una tasa alta de desempleo ( Bueno, en México nos sobra eso).
Pero la otra triste realidad es qué la internet tampoco es
confiable, pues escriben todos sus argumentos y es fácil suplantar, editar o
editar cualquier vídeo, audio o texto que se emita como un oficial, por lo que
sería bueno que si vamos a estar a favor o en contra de las reformas, a favor o
en contra de los maestros, del SME, del CNTE, de los Petroleros y de todos los
que gusten y manden, hagamos un pensamiento objetivo.
Bien, ahora entremos en materia.
Me siento con el deber de decirte querido lector, que en México
vivimos en una desigualdad social amplia, que la educación pública podría ser
defendible si tuviéramos un gran cúmulo de docentes de calidad, con
instalaciones en excelente estado y con grandes avances educativos, de ser así,
podríamos estar tranquilos al saber que nuestros hijos, son alumnos de grandes
docentes, pero la realidad es otra.
La Maestra Elba Esther Gordillo tenía o tiene, el poder de
un Sindicato que no protege a sus trabajadores, pero esto aunque no justifica
el bajo nivel educativo de México si justifica la imagen que tienen los
Profesores ante la ciudadanía de esta hermosa república. Imagínate que tú
perteneces a un sindicato no porque lo desees, sino porque es el único método
que tienes para ejercer tu profesión. Bueno, ahora en la misma tónica, tú pagas
una cuota la cual debe servir para que puedas gozar de la protección de tus
derechos, que nadie te pisotee y entonces tener un apoyo frente a un gobierno
corrupto.
Bueno, hasta aquí vemos para qué sirve un sindicato, pero en
México no es así; desde el Salinismo tuvimos a una arpía colgada de la
entrepierna del Estado y qué, a fin de no bajarse de ahí, vendió a los
trabajadores. Mandó a golpear a aquellos que intentaron hacer valer la voz de
su gremio, secuestró, omitió y un sinfín de “ETC”. Bien, entonces tú como
sindicalizado tenías de dos sopas: 1.- Continuar bajo ese sistema y tener
trabajo o 2.- salirte de ese sistema y ser vetado sin ninguna clase de
seguridad futura. Pues sí, como lo puedes notar muchos decidieron quedarse ahí,
en ese sistema corrupto pues así como tú y como yo, era lo más estable que
tenían.
Bien, ahora en la misma suposición, vamos a pensar que tú
tienes un “sueldo” de $10,000 pesos mensuales, ¿pero qué crees? Hay que pagar
aportaciones, impuestos y derechos de quien sabe que madres (Disculpa el
léxico, pero cuando no sé cómo explicar algo recurro a mi jerga florida),
entonces al final acabas viendo reducido tu sueldo a $4,893 pesos, está medio
difícil ¿no? Bueno, eso ganas mensualmente, (Claro, en esta suposición), pero
tienes seguridad social, entonces “te aguantas un rato así” y ese rato se
convierte en 30 años de servicio hasta que pudiste juntar algo y comprar una
casa que dejarás a tus hijos (o nietos) que pagaste en esos 30 años, cuando tus
hijos se enfermaron, pudiste llevarlos al hospital y bueno, la pasaste mal pero
no tanto como otros.
Pues bueno, un día llega un tipo y te dice “a pesar de tus
25 años de servicio ganando “$10,000 pesos” (Solo recuerda lo que te descuentan
antes ¿vale?) yo creo que no eres tan bueno,
pero para darte el beneficio de la duda te haré un examen con el cual evaluaré
según tus conocimientos y práctica podré pagarte lo mismo o menos, pues no es
justo que compañeros tuyos estén más preparados y ganen lo mismo. Entonces dices, ¡Ok! Hago el examen. ¿Pero qué
crees? Que ese examen lo va a evaluar alguien que no te conoce, que no te ha
visto dar clases (Por lógica no sabe en qué condiciones las das) y aún así,
solo va a evaluar palabras para saber si tus clases son buenas, bueno, a eso le
llamarán reforma educativa. Pero ¿Qué una
reforma educativa no tendría que ser en lo que se enseña? Porque si estás
evaluando a los profesores entonces evalúas no el nivel de enseñanza, sino evalúas
a quienes tienen el deber (O mejor dicho, obligación) de seguir un programa
educativo autorizado para que eso se lleven tus hijos a sus casas.
Entonces mi pregunta sería y que espero que tú, estimado
lector que tienes un pensamiento crítico y objetivo me digas.
¿En donde chingados está lo educativo en esto?
CONTINUARÁ
Quieren más???
ResponderEliminarLo que se vive en este País no tiene nombre...a ponernos las pilas antes de que nos apliquen el adios definitivo...
mal llamada reforma educativa, escondiendo un abuso, ilegal, atentando contra los derechos laborales de miles.... Y viene la ´´reforma energetica´´ y la ´´hacendaria´´... pareciera que quieren eliminar los derechos de la clase trabajadora... y se va a transformar el país de fondo.... Sin derechos... Suena a esclavitud disfrazada de... ´´los mexicanos somos dueños del petroleo´´... Osea que todos pueden pasar a recoger sus acciones de PEMEX con sus respectivas utilidades, y todos en asamblea nacional podremos decidir su administración.... nos cuentan mil cuentos y como niños... Los creemos... Es cuanto.
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