Visión del bien y el mal en la Tradición Yorùbá |
El cosmos Yorùbá,
está dividido en dos mitades. La derecha está habitada por las fuerzas
benévolas y la parte izquierda está habitada por las fuerzas malignas conocidas
como Ajogún. Es a las primeras a las que yo me he referido. Las malignas tienen
ocho guerreros importantes que son:
Ikú (muerte),
Àrùn (enfermedad), Òfò (pérdida), Ègbà (parálisis), Òràn (problemas), Èpè
(maldición), Èwòn (prisión, que se ha convertido más o menos en una fuerza
sobrenatural en algunas sociedades contemporáneas) y la última es Èse (el resto
de males no mencionados); por ejemplo, un dolor de estómago es un Ajogún al
igual que la lepra o el dolor de cabeza.
Estas fuerzas
en total son 200+1. Los Òrìsà, o divinidades benévolas, que habitan el lado
derecho, son 400+1 (el +1 deja la posibilidad de aumentar el número de
divinidades en ambos lados). Es por eso que existen nuevas divinidades o
enfermedades nuevas tales como el SIDA. Cuando los africanos entran en contacto
con nuevas religiones, tienden a adaptarlas. Es por esto que el cosmos Yorùbá
es un muy elástico y sobre poblado alfabeto místico.
¿Cómo es
posible entonces que las fuerzas benévolas y malignas cohabiten en el universo?
El punto es,
que no existe una relación pacífica entre estas dos fuerzas. Siempre existe el
conflicto. Las fuerzas del mal, están siempre luchando contra los humanos. Por
eso es que en nuestra parte del cosmos, siempre existe el conflicto. Los
conflictos siempre están a la orden del día, no así la paz. Cualquier cosa que
se haga involucra una clase de conflicto. Cuando se desayuna, come o cena, no
únicamente se crea un conflicto sino que además posiblemente tuvo que ver con
la muerte de algunas cosas en el universo. Cuando sale de su auto, pudo haber
matado algunos insectos, plantas y otros microorganismos.
¿Cómo es que
nosotros podremos tener paz en nuestro lado del cosmos?
Para la
mayoría de los africanos, los sacrificios se realizan con el fin de lograr que
trabajen para nosotros teniendo, como resultado, paz. Los sacrificios deben
involucrar a todas las fuerzas, tanto malignas como benévolas, así como a los
humanos. El sacrificio, es la manera de comunicarse con las fuerzas
sobrenaturales, para hacerles presentes nuestros problemas. Una vez que los
sacrificios han sido aceptados o recibidos, todas las fuerzas están
comprometidas a trabajar para los humanos y así lograr resolver los problemas y
lograr la paz.
Los Yorùbá
utilizan con frecuencia pollos para sus sacrificios. ¿Por qué es esto? El
pollo, acompañó a las divinidades en su viaje del cielo a la tierra. El pollo
fue quien aflojó el abono, para ser traído desde el cielo por las divinidades y
así, ser esparcido, en forma acuosa, por todo el mundo, antes de que la tierra
apareciera.
El pollo fue
el primer habitante de la tierra, es por eso que para ellos no hay problema en
resolver el acertijo que dice: ¿Qué fue primero el huevo o la gallina?
El hombre
tiene la tendencia de hacer uso diario de las cosas que le dan buenos
resultados. Un buen ejemplo son el caballo y el camello. Por eso, cuando quiere
enviar mensajes al cielo, hace uso del pollo porque recuerda que fue él quien
acompañó a las divinidades en su viaje a la tierra y es un conocedor tanto del
cielo como de la tierra, y por lo tanto un buen intermediario.
El sacrificio
ha sido motivo de controversia entre muchos estudiosos, sin mencionar a miles
de evangelistas que siguen activos en África. El sacrificio Africano ha sido
mal entendido. Para Yorùbá, representa la manera de reorganizar el universo a
favor de los humanos. Los africanos piensan que hablar no es suficiente para
comunicarse con los seres sobrenaturales. ¿Cómo podemos estar seguros de que
Olódùmarè entiende nuestro lenguaje o el de todo el mundo?, ¿Cómo es que los
animales, que no hablan, pueden comunicarse con Olódùmarè?
Piense en las
hormigas, si Ud. pone un poco de miel en la mesa, al día siguiente encontrará
hormigas. Su sentido del olfato está mucho más desarrollado que el nuestro. Es
por esta razón que no debemos pensar que somos todo y lo demás es nada. Muchas
personas ni siquiera pueden oler la sal o el azúcar. Por eso es que los rezos o
el habla no son suficientes para comunicarse con las deidades. Cuando se lleva
a cabo un sacrificio y es dedicado a la divinidad que indicada, una divinidad
juguetona que comparte conocimientos de ambos lados del universo, tanto derecha
como izquierda, se encarga de reportarle a Olódùmarè todo lo que pasa. Esta
divinidad se llama Èsú, es buena pero las 200+1 deidades malévolas también son
sus hijas.
Como puede
ver, es difícil comunicarse directamente con el dios Africano. No es como en
las otras religiones donde el contacto con el dios principal es directo.
Además, Olódùmarè creó ambas fuerzas, el bien y el mal. Les dio Àse (energía
vital) a cada lado. Nos podemos preguntar porque lo hizo. Porque sabe que un
problema siempre tiene dos lados o versiones. Cuando se habla del bien se debe
presuponer que también existe un mal, porque no puede existir el bien sin el
mal.
Por ejemplo,
si alguien enferma y a través de un medio, se le pide un sacrificio, este debe
ser no sólo para las divinidades del lado derecho sino también para las del
lado izquierdo. El hombre no ofrece el sacrificio a las fuerzas de la derecha,
sino a sus divinidades en la izquierda. Pero Èsú, que comparte elementos de
ambos lados, es quien recibe el sacrificio y lo comparte con ambos lados, así,
todos contentos. Èsú le ordenará a las fuerzas de la izquierda, que se alejen
de la persona afligida. Así, es como se logra la paz, al menos temporalmente,
porque mañana será otro día.
Es por esto
que los sacrificios deben ser ofrecidos constantemente.
Esta manera de
ver la vida difícil de entender, sobre todo en Europa y América. Pero es ésta
una forma interesante de ver la vida, porque implica que cada uno de nosotros
es, en cierta medida, responsable de lograr prosperidad. Así que si se quiere
mejorar, hay que ofrecer sacrificios. La paz y la tranquilidad no son puestas
como alfombra roja frente a nadie, debe ser buscada. Sea lo que sea, que se
pueda quitar o poner, para lograr que el universo sea reordenado a su favor,
tendrá que ser por medio del sacrificio.
Este puede no
ser con sangre o comida, sino a través de acciones. Por ejemplo, cuando una
viuda ofrece limpiar el trono de Ifá cada cuatro días, bailar y cantar ahí
mismo, está ofreciendo un sacrificio. La idea Yorùbá sobre el sacrificio, es
una importante contribución africana al pensamiento religioso, pero
regularmente es mal entendido.
-Conferencia del Dr. Carlos Flores sobre la Tradición Yoruba
-Referencia del libro "Ifá recompondrá nuestro mundo roto" del Dr. Wande Abimbola
No hay comentarios:
Publicar un comentario